


Lugar: Cholula
Glosa alfabética: Cholollan
Escritura jeroglífica: KETZAL-KOA
Interpretación de Alfredo Chavero (1892)
La marcha de Cortés para México estaba indicada por Cholollan ó Cholula, ciudad fuerte que no debía dejar por enemiga á sus espaldas. Al efecto, mandó á la ciudad sagrada una embajada con el consabido requerimiento escrito; y muchos principales cholultecas fueron á verlo y á asegurarle su amistd. Así, después de haber estado en Tlaxcalla más de veinte días, hacia el 12 de Octubre salió para Cholula, reforzado con unos seis mil guerreros tlaxcaltecas. Cholula estaba gobernada por jefes sacerdotes, el Tlaquiac y el Tkaquiach, y el ejército tenía jefe espeial sacerdotey guerrero á la vez. Estos con gran cantidad de pueblo salieron á recibir a Cortés; y aunque daban muestras de entusiasmo, pudo notarse que el camino real estaba cerrado, y abierto otro con hoyos y trampas; algunas calles se veían tapiadas y había muchas piedras arrojadiaz en las azoteas. Cortés no fué aposentado en el templo como en Cempuallan, sino en amplias cuadras con suus guerreros y los cempualtecas; y además no dejaron entrar en la ciudad á los tlaxcaltecas, que acamparon afuera de ella. Ni sacerdotes ni principales iban al alojamiento de los castellanos, y cada día llevaban los indios menos provisiones. Llamados los más notables sacerdotes y señores, fueron con dificultad. A los tres días de estar en la ciudad, los cempualtecas avisaron á Cortés que en las calles se hacían trampas y reparos; llegaron después los tlaxcaltecas á decirle que los chololtecas habían hecho sacrificio al dios de la guerra; y en fin, un sacerdote traidor le denunció el intento que tenían de matar á los blancos, y que cerca estaba apercibio un ejército de Moteczuma. Cholula era una ciudad de unos treinta mil habitantes; pero ocupaba una gran extensión con su teocalli mayor, que era su principal fortaleza, y con otros menore que el mismo Cortés hace pasar de cuatrocientos. La pintura que en la parte superior tiene el nombre de cholollan, nos presenta la gran pirámide de cinco pisos sobre la cual está el templo de Quetzalcoatl. A la derecha en la parte superior, se ve el palacio ó casa en que están los tres jefes sacerdotes, embijados de negro como tenían por costumbre. Como las pinturas de los indios eran por su naturaleza muy sencillas, y solamente lo muy necesario se representaba en ellas, no se comprende que se pusiera aqui á los tres jefes sino con relación al suceso que nos ocupa, es decir, para significar que habían convenido en destruir el ejército de Cortés. A la izquierda entre el templo y el palacio, está un sacerdote hablando con dos tlaxcaltecas: este es el que descubrió la conspiración; y uno de los tlaxcalaxcaltecas se vuelve á hablar con Marina que señala al templo, lo cual da á conocer que ésta no fué ajena á los sucesos que ahí pasaron. Tan pronto como Cortés recibió la denuncia, reunió consejo de capitanes, y en él se decidió tomar la ofensiva y sorprender á los chololtecas á la alborada. Se dió orden á los tlaxcaltecas, de que al primer arcabuzazo cargaran sobre la ciudad; se petrechó la artillería, y se vigiló toda la noche el alojamiento. Tomada la resolución de atacar al amanecer, salieron los castellanos de su cuartel, y al primer arcabuzazo penetraron los tlaxcaltecas en la ciudad, destruyendo unos y otros cuanto á su paso encontraban. Cholula estaba en esos momentos tranquila y sis aprestos de guerra y fué sorprendida por la invasión de los enemigos. apenas los más audaces y los sacerdotes se defendieron en los templos; pero fueron asaltados, y en ellos perecieron combatiendo. Llegó nuevo ejército de Tlaxcalla con Xicotencatl, y dos días duró la matanza y dos días ardió la ciudad. Gran parte de la población huyó á los campos, y quedaron muertos más de seis mil chololtecas. Al fin presentáronse los sacerdotes á pedir misericordia; y Cortés mandó cesar la matanza, y que volviesen los habitantes á Cholollan. Además, Cortés increpó á los embajadores de Moteczuma que pocos días antes habían llegado, quejándose de la participación que á su amo se atribuía, y encargándoles le dijesen que pronto pasaría á México. El resto de la pintura representa esta matanza. Se ve una cabeza de guerrero, un cuerpo descuartizado de sacerdote y dos hombres del pueblo muertos, uno al parecer mujer: sobre la cabeza de ésta pone sus pezuñas un caballo, en que va un castellano en son de atacar con su lanza; y con esto se representa la carga de caballería dada en las calles. Atacan el templo mayor un guerrero tlaxcalteca y un soldado castellano, y un sacerdote lo defiende, mientras un hombre, al parecer del pueblo, se despeña muerto de la pirámide. Esto significa el ataque y toma de esa fortaleza. Así pintaron los tlaxcaltecas la matanza de Cholula.
Interpretación Josefina García Quintana y Carlos Martínez Marín (1983)
A este acontecimiento está dedicada la novena lámina. Hay en ella tres aspectos que se pueden diferenciar. Por una parte, la batalla que llegó hasta el santuario mismo de Quetzalcóatl, representado por una pirámide de cinco cuerpos, una escalera, unas alfardas muy sui generis y, en la parte superior, el templo propiamente dicho, almenado y con la serpiente emplumada, imagen del dios. El asedio lo realizan españoles y tlaxcaltecas, la defensa la llevan a cabo guerreros y sacerdotes de Cholula. La destrucción masiva de la población se ilustra con cuerpos, cabezas y miembros dispersos. En el ángulo superior derecho hay un patio o casa con uno de sus lados pintado en negro y rojo, colores que eran específicamente usados por los sacerdotes de Cholula, y que también se observan en el templo. Dentro del patio o casa se ve a tres hombres, con el cuerpo pintado de color oscuro y cuya ubicaciòn los identifica como sacerdotes. En esta lámina no aparece el glifo de cholula y en su lugar está el patio con los sacerdores, ya que tal ciudad se caracterizaba por su religiosidad y porque el poder político lo ejercía el sacerdocio. En la porción central aparecen dos indígenas en aparente conversación con un sacerdote y con Marina que está a la derecha. Estos indígenas bien podrían representar a los embajadores de Motecuhzoma quienes, al parecer, señalaron a los señores de Cholula la conducta que debían seguir con los españoles.El papel de Marina en está lámina no está claro.